Después de los embarazos o cuando llegamos a cierta edad, el suelo pélvico se debilita y produce pérdidas que cada vez son más difíciles de controlar.
Pero tanto la maternidad como el paso del tiempo en las personas en general, provocan otros cambios en el cuerpo: el perímetro de la cintura aumenta, aparecen los dolores lumbares (también producidos por una mala postura), se desregula el tránsito intestinal o aumenta el estrés y la ansiedad.